noviembre 19, 2011




Nunca pierdas la Esperanza, Nunca mirés hacia atrás, allí empieza todo...en la duda.
Hay momentos en los que no hay que razonar, sino, actuar sin pensar.
Momentos complicados y dolorosos...

Pueden pasar mil cosas, pueden alejarse amigos, podés perder seres queridos, podés sentirte sólo,
pero hay una cosa que no debés olvidarte Nunca: De Vos Mismo.

En uno está la clave del éxito, en uno mismo está la clave del progreso, de la superación,
de la felicidad, de la libertad.

Cada paso que damos es un nuevo aprendizaje, una cicatriz más.
Podés caer, una y mil veces, pero lo importante es seguir adelante, como si cada nueva oportunidad
fuese la última de todas, para poder dar lo mejor de vos en cada prueba.

No dependemos de nadie para conseguir lo que queremos, solos podemos vencer, solos podemos
hacer grandes cosas.
Porqué en plural? Claro, me refiero a mi y a mi mismo.
No hay que perder contacto nunca con nuestro interior, con nuestro yo, con lo más profundo que tenemos.
Ese lugar donde yacen todos nuestros dolores, nuestras alegrías, nuestros aprendizajes,
sólo de esa manera, trabajando en conjunto, se puede lograr  lo que uno quiere.

Porque cuando se le pierde el rastro a nuestro interior, todo lo demás deja de tener sentido, todo lo demás se vuelve banal, todo se convierte en duda, todo se convierte en incertidumbre.

Sólo tu mente y tu corazón, trabajando a la par, pueden lograr cosas magníficas, cosas impensadas,
sólos, sin necesidad de nadie más...

Nunca pierdas el rastro, nunca lo pierdas.