Empiezo a darme cuenta de todas esas cosas que me hacen bien.
Empiezo a esclarecer mi mundo de aquellas brumas del pasado, de los tormentos, de las inseguridades, inquietudes, maltratos.
Empiezo a ver claramente qué es lo que realmente quiero para mi, para mi futuro.
Empiezo a sentir nuevas corazonadas, nuevas motivaciones, empiezo a redescrubrirme.
Empiezo a darme cuenta de todas las pequeñas cosas que fui logrando a través de los años, de todas esas pequeñas cosas, que son los indispensables ingredientes que le dan sabor a mi presente.
Empiezo a reconocer aquellas personas que, con su sola presencia, iluminan mi vida, aquellas personas que, aunque a la distancia, me dan su calor, aquellas personas que con su cotidianeidad, alimentan mis ganas de seguir.
Empiezo nuevamente a respirar el aire puro de vivir, aunque con algunas trabas, puedo seguir.
Empiezo a establecerme como persona, empiezo a tener muchas seguridades.
Empieza todo a colocarse en su respectivo lugar.